La música comercial

Algún momento de nuestras vidas ha sido marcado por lo que se denomina “música comercial”, o más bien dicho, música que se produce con el objetivo de llegar a amplias cantidades de personas para elaborar un producto vendible que en ese campo se denomina “hit”.

La música comercial tiene ciertas características inherentes: son melodías fácilmente atractivas al oído de las personas, asimismo comercialmente consumibles, muchas de ellas se parecen a otras (incluso hasta plagiadas), y generalmente tiene un fin económico y con fines de lucro.

La contraparte de esta música es que para algunas personas, con el simple hecho de escuchar este tipo de características en una canción, el producto significa ser desechable y sin sentido artístico alguno, por ende, cabría una pregunta a realizar: ¿es mala la música comercial para el individuo?.

Siguiendo en esta línea es preciso manifestar que no hay inconveniente alguno en establecer contacto con este tipo de música, siempre y cuando tenga “calidad” y “cualidad” en donde el individuo pueda conseguir su debida retribución en cultura y personalidad. Esto se debe a que la música precisamente se distribuye con el objetivo de ser escuchada y apreciada por las sociedades.

Ergo, la música es recreada para y con las sociedades, existe música comercial que ha derribado fronteras, épocas, generaciones, idiomas, contextos sociales y modos de vida; por consiguiente debe tratarse de algo muy bueno, es decir de algo en donde lo comercial encontró su parte cualitativa.  Por ello debemos alabar también la tendencia de su significado en la vida de las personas.